sábado, 24 de julio de 2010

Se le tiñen de ocre las encías - IGNACIO FAJARDO

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Se le tiñen de ocre las encías
a la mujer protesta, la del cardado afable,
casi abuela, maternalmente
muerta, seminalmente indignada.

Se enverdece su piel casi a mordiscos
y se hace anfibia la lengua portavoz
de otras diez comisuras
para decir que no, que no confía
en el color azul de los ahogados
ni acariciará a sus hijos de cabellos crespos
exiliados, calladamente oscuros.

Se le infectan de miedo los temores
y no sabe,
no sabe que le crece dentro un tahalí
moreno, un carcaj dudoso y afilado,
la perfección del odio permanente,
un ojo aislado y tuerto,
un continente insulto
y alambrado como su esencia blanca
gotera y alambique
-pura mortaja con genes desvaídos-
del semental más flojo.

Se le hinchan de suspiros los collares
y pide compasión
por los negritos, tan monos cuando lejos, tan contentos
como los angelitos de Machín
soplando en las iglesias
-lástima que luego crecen-
con sus alas pegadas en el techo.

Le nace una emoción que tiene nombre
y no comprende ni la nombra

-pero ¿qué queréis si nadie se lo dice?-


IGNACIO FAJARDO escribe el blog Coderas (AQUÍ)
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6 comentarios:

  1. ...Qué bueno, qué bien refleja la hipocresía, las falsas caridades de este mundo occidental/blanco, que habilidosa forma de espetar ese racismo sobre el que vivimos sin apenas ser conscientes.
    Felicidades al autor.

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  2. recién dejé comentario sobre la hipocresía de los discursos en la entrada de las imágenes
    y este poema es un excelente broche de oro que complemente muy bien la idea que salta de esas fotografías

    buen fin de semana

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  3. Buenísimo...
    ... "Se le hinchan de suspiros los collares"

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  4. Que bueno tu poema,que bien plasmado el racismo envuelto en hipocresía,parece un mal cuento,de esos que cuando eramos niños nos daban tanta pena o miedo....en el siglo que estamos ese tema o ese mal sentimiento debería estar resuelto...subsanado...todos somos uno o iguales...un abrazo

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  5. "...maternalmente
    muerta, seminalmente indignada."

    Rotundamente preciso.

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  6. Gracias, Sofía, Elisa, Ipe, Carmen, Laura, y en general a todos los que habéis leído el poema.
    Lo que de verdad mporta en conseguir una sociedad que se olvide de prejuicos, razas, orígenes, diferencias culturales (de cualquier tipo), económicas, religiosas... y se fije en el individuo.
    En nuestro entorno es difícil que alguien se declare abiertamente racista, aunque luego siguen con el inevitable: "pero....". Es decir, son racistas y ni siquiera lo saben, que ya es triste.
    En fín, que algo habrá que hacer.

    Ignacio Fajardo

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