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¡Salud! ¡Enhorabuena! El mundo apuñalado de banderas. ¡Salud, salud por los hombres de piedra! Músculos que giran en su pedestal, dedos de piedra. ¡Salud, que saluden los hombres de piedra! ¡Cómo arrastran su tristeza, cómo avanzan los hombres de piedra! ¡Son aquellos, las mismas pupilas que atraviesan! ¡Bienvenidos, hombres de piedra! No se cansan jamás de dar vueltas. ¡No se cansan jamás, hombres de piedra! ¡No se cansan jamás! Mientras huyo de los hombres de piedra penetro en el mar, y el mismo mar me reconoce con su indiferencia. Siento la fragilidad de la tormenta. Siento a los hombres de piedra. El mundo apuñalado de banderas. La extraña forma en que la carne ahogada vuelve a tierra.
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LUIS MORALES escribe en el blog LUIGI DANTE & THE GÜELFOS (AQUÍ)
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lunes, 26 de julio de 2010
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magnífico, sin duda
ResponderEliminarMe encantó.
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